Multa por llevar el perro suelto y por desacato a la autoridad

Salí de casa con mi perro para dar un paseo como todos los días, al acercarme a la plaza del barrio ví que había un grupo de policías que últimamente suelen pasar por allí con una actitud retadora en búsqueda de conflictos inexistentes y, previendo algún inconveniente vista la actitud que llevan ellos, me decidí a ponerle la correa al perro y continuar mi camino. Para mi desgracia ya me habían visto y fui la presa fácil del día: se me acercaron, dijeron que no podía llevar el perro suelto y me pidieron mi identificación; yo les entregue mi documento mientras intentaba explicarles que vivía cerca, que el perro no representaba ningún peligro y les mostraba la correa ya puesta.
Se alejaron de mi lado hacia el coche de policía y empezaron a llenar el formulario de multas sin decirme absolutamente nada, yo me acerque a ellos y les pregunte por qué me multaban con lo que su respuesta fue que ya lo leería en el formulario. Me entregaron la multa y de forma irónica me desearon “buenas tardes”, tras recibir la multa y mis documentos les respondí fruto de la indignación que “les deseaba lo mismo para su familia”. Así que ellos como respuesta se me acercaron nuevamente y tras la multa injusta y sin sentido por el perro me colocaron una multa por desacato a la autoridad.